MÉTODOS DE LA FILOSOFÍA
Método Socrático.- Sócrates, el maestro de platón,
practica un método de construcción de conceptos que compara con el trabajo que
desarrollan las parteras, así como ellas ayudan a parir un nuevo ser, Sócrates
ayuda a parir ideas, a concretar el trabajo de concepción de ideas con el
alumbramiento de conocimiento cuya meta es la verdad fundada en la razón.
Denomina
mayéutica a esta práctica que en griego significa “partera”, se puede traducir
al lenguaje filosófico como el arte de alumbrar espíritus.
Dos momentos
son básicos en este método:
·
La
ironía, la cual presenta una serie de preguntas al interlocutor para
confundirlo, hacerle caer en la contradicción y hacerlo reconocer sus
ignorancias.
·
Después
de aceptada su ignorancia, el locutor hace descubrir al interlocutor las
verdades que llevan en sí sus respuestas para invitarlo a pensar racionalmente
y que genere los conceptos universales propios de la Filosofía.
En síntesis
la mayéutica socrática consiste en saber en saber interrogar y a cada respuesta
contraponerle una nueva pregunta, hasta encontrar una respuesta verdadera que
haya superado e integrado la verdad parcial de todas las anteriores.
La frase
“Solo sé que no se nada” únicamente tiene sentido en este contexto: Sócrates se
presenta como un ignorante con respecto al tema de reflexión, porque su función
no es la de hallar él mismo la verdad, sino la de contribuir a que el
interlocutor la encuentre.
Método cartesiano.- René Descartes propone un método
de búsqueda de la verdad: la duda metódica. Para él la duda metódica es un
momento necesario en el camino para alcanzar la verdad: es metódica y
constructiva porque implica, como punto de arranque, poner en entredicho la
autoridad de los libros, los maestros y las tradiciones, hasta superar la duda
misma. No se trata de dudar de todas las ideas, sino de cuestionar sus
fundamentos. Sólo se puede llegar a la verdad cuando la duda ya no tenga lugar.
·
Como
primer paso, Descartes propone dudar de los sentidos porque engañan alguna vez
y nada asegura que no engañen siempre.
·
Se
debe dudar de de la existencia de las cosas, pues igual se presentan en los
sueños como en la vigilia. La dificultad de para distinguir el sueño de la
vigilia lleva a la posibilidad de dudar también de la existencia.
Hay no
obstante, verdades que prevalecen: Las Matemáticas; Descartes afirma en su
discurso del método “Duerma yo o esté despierto, dos más tres serán siempre
cinco, y el cuadrado no tendrá más que cuatro lados”.
Para evitar
equívocos con la fe, descartes sustituye a Dios con la hipótesis de un genio
maligno, que tiene la voluntad de engañarlo en todo lo que piensa. Dudar
implica pensar y a su vez pensar implica existir. Por lo tanto, tenemos aquí la
primera verdad: “Pienso, luego existo”, a partir de la cual se puede construir
conocimiento bien fundamentado.
Método crítico o criticismo.- El filósofo alemán Immanuel Kant
entiende la crítica como el proceso por el cual la razón se vuelve sobre sí
misma para conocer sus propios límites y las condiciones en que funda su propia
validez.
·
En
un primer momento, Kant somete a crítica a la metafísica como una esfera de
problemas que rebasa los límites de la razón humana.
·
Enseguida
define a la Filosofía como una reflexión sobre las condiciones de posibilidad
del conocimiento y del ser humano, con el fin de determinar la validez
epistemológica del primero y la acción moral del segundo.
El método
crítico somete a discusión tanto la validez lógica de los discursos con
pretensiones científicas, como sus derivaciones de carácter ético. Clasifica
los juicios en:
A priori.-
Son los enunciados cuya verificación es independiente de la experiencia, son
sintéticos, pues son racionales o lógicos (no dependen de los sentidos) y
añaden nueva información en torno al sujeto. Ejemplo: El sol es una estrella.
A
posteriori.- Son enunciados que se originan a partir de la experiencia.
Ejemplo: El sol brilla.
Método fenomenológico.- Fue desarrollado por el filósofo
alemán Edmund Husserl, quien toma como punto de partida la duda metódica
cartesiana. La duda revela al propio “yo” que duda. Este “yo” no es el “yo psicológico” sino un “yo trascendental”
o “puro”. El “yo psicológico” corresponde al “yo individual” que pregunta, por
ejemplo, por asuntos personales de los demás; el “yo trascendental” es el “yo”
del cual todos los individuos participamos, es el “yo” que piensa, que
investiga, que interroga. El “yo psicológico” es singular, pertenece a un único
individuo; el “yo trascendental” es el “yo pienso” que está presente todo ser
humano posible.
La
fenomenología de Husserl abstrae la cuestión de la existencia del objeto
conocido y describe minuciosamente sus rasgos esenciales y las condiciones en
las que éste aparece ante la conciencia. En otras palabras permite extraer las
características esenciales de todas nuestras experiencias y la esencia de lo
que experimentamos.
Husserl
analiza la estructura de los actos mentales o psicológicos y como éstos están
dirigidos hacia los objetos reales o irreales. Precisamente la principal
característica de la conciencia (conocimiento) es que siempre es intencional.
Así el
primer paso para encontrar el fundamento de la realidad definida como fenómeno,
implica poner entre paréntesis o dejar en suspenso todas nuestras certezas
sobre la realidad, hasta refundamentarlas cuando el investigador ya no tiene
dudas. Esta operación metódica de evitar los juicios previos se denomina epojé
fenomenológico.
Descartes y
Kant deducen la objetividad de la realidad al afirmar que ésta es fenómeno: un
fenómeno que tiene sentido para ellos, que es a partir de la conciencia. El
término yo pienso es sinónimo de conciencia. En síntesis sólo hay fenómeno
porque hay conciencia.
Método hermenéutico.- El término
hermenéutica significa interpretación. Hace referencia al arte o técnica de
interpretar textos para fijar su verdadero sentido. En un principio se aplicó
en la Teología y en particular, a la lectura de las sagradas escrituras.
Los
filósofos alemanes Friedrich Schleiiermacher y Wilhelm Dilthey, consideran a la
hermenéutica, como la reconstrucción histórica de un discurso dado. Esto supone
comprender un texto a partir de una lectura que reconstruya psicológicamente la
intención original del autor. Se considera que el texto expresa sentimientos de
éste, por lo cual los lectores o intérpretes deben ponerse en su lugar en aras
de revivir el acto creador. Según
Dilthey en las ciencias humanas no tiene cabida la explicación (propia de las
ciencias naturales) sino la comprensión.
Esta concepción
presupone que cualquier persona tiene la misma comprensión lectora que las
demás y por lo tanto es posible alcanzar una única interpretación correcta.
Martin
Heidegger y Hans-Georg Gadamer, consideran que comprensión e interpretación se
relacionan de manera circular: para comprender el todo es necesario comprender
las partes y viceversa, esto hace posible una interpretación adecuada del
asunto.
Heidegger
afirma que para llegar a la comprensión debemos pasar por una estructura
circular a la que denomina círculo hermenéutico y afirma que toda
interpretación, para producir comprensión, debe ya tener comprendido lo que va
a interpretar; o sea, el proceso de comprensión no parte de la nada, sino de
aquello que ya ha sido comprendido o admitido como válido o cierto.
Entonces la
hermenéutica es la actividad que permite la comprensión y abre el camino al
conocimiento a partir de la captación del sentido de los fenómenos naturales y
sociales en un marco de referencia específico. Ésta es la condición de sentido
de toda experiencia y de toda investigación.
Método deconstruccionista.- La deconstrucción es una forma de
análisis textual aplicada no solo a la Literatura y la Filosofía, también a la
Historia, la Antropología, el psicoanálisis, la Lingüística y la Teología. Su
principal exponente es el filósofo posestructuralista francés Jacques Derriba.
Según
derriba, la deconstrucción funciona sobre la base de una lógica paradójica, una
noción contradictoria; mientras el Término lógica denota aquello que acata las
leyes del razonamiento, el de paradoja se refiere se refiere a lo que
contradice a la razón.
Sin embargo,
la finalidad de la deconstrucción como método o estrategia es la demostración
de la autocontradicción textual, una demostración que se apoya en el supuesto
de una incompatibilidad entre lo que el escritor cree argumentar y lo que el
texto dice realmente. Así, la clave de la deconstrucción está en el divorcio
entre la intención del autor y el significado del texto.
Método dialéctico.- Platón concibe a la dialéctica
como un modelo según el cual debe constituirse el conocimiento correcto, en sus
diálogos presenta a Sócrates como el filósofo dialéctico que a través de la
mayéutica ayuda a sus discípulos a pensar correctamente.
La
dialéctica parte de principios que no siempre justifica ni demuestra. La
dialéctica muestra la verdad de esos principios operando por reducción al
absurdo, o sea si en torno de un tema se hacen afirmaciones y al mismo tiempo
se niega su sentido, la dialéctica muestra dicha contradicción.
Hace valer
el principio lógico de la no contradicción, no se puede afirmar y negar a la
vez en el mismo sentido.
Según Marx,
las contradicciones reales sólo encuentran su solución en la práctica, es
decir, en la vida real a través del trabajo. La dialéctica de Marx es
materialista porque pone a la praxis, esto es, el actuar humano-social, como la
actividad que transforma y produce efectivamente lo real, que convierte la
realidad natural en realidad humana.
Método de análisis del discurso.
J.B.
Thompson, en Ideología y cultura moderna, propone un método al que nombra
“Metodología de la hermenéutica profunda”. El cual articula los conceptos de
ideología, poder y discurso, como ejes fundamentales para el análisis del
discurso político. Esta propuesta incluye tres fases o niveles:
* El
análisis socio-histórico.
* El análisis
discursivo
*La
interpretación
En el
segundo nivel de análisis, que es el de nuestro interés se define el tipo de
producción discursiva que se va a analizar, considerando su naturaleza
lingüística para fundamentar bien la propuesta metodológica. Los tipos de
análisis discursivo son:
Análisis
narrativo.- Se centra en la explicación de las características de la ideología,
que tiende a asumir una estructura narrativa en su pretensión de validar y
legitimar las relaciones de dominación dentro del discurso mismo.
Análisis de
la estructura sintáctica.- Estudia la secuencia de las ideas, así como los
recursos oracionales que desempeñan un papel central en el discurso, como la
nominalización y pasivización, entre otros.
Análisis de
la estructura argumentativa.- Corresponde al estudio de las formas del
discurso. Al ser construcciones lingüísticas que van más allá de la frase,
contienen explicaciones y cadenas de razonamiento que pueden ser reconstruídas
de diferentes maneras. Las reconstrucciones pueden ayudar a esclarecer las
características ideológicas y estructurales del discurso, sacando a la luz no
sólo sus procedimientos de legitimación, sino también sus estrategias de
disimulación.
Con respecto
al nivel de la interpretación cabe señalar que, a pesar de la rigurosidad en
los métodos para el análisis del discurso, éstos no pueden suprimir la
necesidad de una construcción creativa de la significación, es decir una
explicación interpretativa de lo dicho.
Método de análisis de lenguaje.-
La Filosofía
analítica o Filosofía del lenguaje supone que sólo tiene sentido hablar de
aquello que puede ser observado y que, por lo tanto, solamente tienen sentido o
significan los enunciados que pueden ser contrastados empíricamente. Por ello
propone un método de análisis y reconstrucción de enunciados, cuya finalidad es
lograr la precisión en los distintos discursos y discutir y evaluar las
posibles consecuencias de lo que afirmamos y de cómo lo afirmamos. El método
incluye tres tipos de reconstrucciones: la sintáctica, la semántica y la
pragmática.
Reconstrucción
sintáctica. Consiste en destruir la forma gramatical de un enunciado E por
considerarla confusa o metafísica. Por ejemplo, “La libertad es conciencia de
la necesidad” es un enunciado cuyo sujeto es imposible de observar
empíricamente, por lo que carece de significado o sentido. En lugar de E
construir un nuevo enunciado E. Así “Los seres humanos libres conocen sus
necesidades”
Reconstrucción
semántica. Implica redefinir las palabras que formaban E y construir otros
enunciados que las discutan. Por ejemplo. “La libertad” refiere a seres humanos
“Libres”, y son libres sólo quienes conocen sus necesidades, o sea, quienes
saben lo que quieren y pueden.
Reconstrucción
pragmática. Propone derivar del enunciado E, o del E y de su reconstrucción
semántica, consecuencias prácticas (morales, políticas, etc.) en la forma de un
enunciado condicional, ejemplo: “si conoces tus necesidades, entonces eres
libre y sabes lo que quieres y puedes. Por lo tanto, estás obligado a promover
el conocimiento para alcanzar la libertad”.
El propósito
de este análisis lógico del lenguaje es el de construir o diseñar enunciados
con “sentido”, base de los argumentos y de los discursos. Un enunciado tiene
sentido si y sólo si empíricamente es contrastable, o en último análisis, es
formalmente consistente al modo de los enunciados lógico-matemáticos.